CAPÍTULO 5.- EJERCICIOS DE RELAJACIÓN
Haz estos ejercicios con ropa confortable y en un ambiente tranquilo.
Acostado
* Acuéstate boca arriba, verifica que tu columna esté en contacto con el suelo.
* Observa la oscilación natural de tu respiración expandiéndose y contrayéndose por medio del torax y abdomen. Permanece atento a los sonidos que emanan de este acto de respirar.
* Simplemente observa las acciones de tu cuerpo. No las manipules, no las controles. Sólo respira y sé consciente de tu respiración.
De pie
* De pie, con las piernas ligeramente abiertas, los pies en linea con los hombros.
* Distribuye el peso de forma igualitaria entre los dos pies.
* Imagínate sujetando un balón inchable debajo de cada axila y siente como los espacios respiratorios se abren. Esto te hará expandir los hombros y abrir las axilas. En consecuencia expandirás el volumen de tu torax para una respiración más profunda.
* Tu cuello y cabeza deben estar estirados y libres.
* Mantén esta posición por un minuto o algo más.
* Disfruta de la extensión de tu columna dorsal, el espacio respiratorio extra y la sensación de equilibrio adecuado en un estado de calma y atención.
EJERCICIOS DINÁMICOS
Los ejercicios dinámicos combinan el movimiento con el control de la respiración.
Risa
¡Sonríe para el mundo! Mueve en círculos, vigorosamente, tus manos, brazos, piernas y pies (o sea, gira con los brazos extendidos mientras te ríes). Permítete algunos segundos de relajación entre cada rotación pero continúa sonriendo. Puedes hacerlo también sentado o acostado. Simplemente mueve vigorosamente tus extremidades, en círculos, mientras sonríes.
EQUILIBRIO
El equilibrio es importante, Trata de estipular un horario para el ejercicio de "comportamiento modal": el andar, girar y el inclinarte con libros sobre la cabeza. Respira suave y conscientemente, en armonía con los movimientos de tu cuerpo. Esto mejora la coordinación de los músculos.
EJERCICIO DE RESPIRACIÓN COMPLETA
1.- Permanece con tus pies ligeramente separados, en linea con los hombros que apuntan hacia arriba. Los brazos y las manos sueltas a los lados del cuerpo. Concéntrate en tí mismo. Inspira por la nariz lo más lentamente posible y espira todo el aire también de forma lenta y silenciosa. Cuando te sientas vacío de aire tose y demuéstrate que aún posees reservas de aire escondidas. Intenta tocar el suelo con la punta de los dedos de las manos (flexiona las rodillas si te es necesario). Detén tu respiración por algunos segundos.
2.- Conforme respiras, silenciosamente, por la nariz, gradualmente retornas al estado erecto. Extiende los brazos como asas subiéndolas calmada y suavemente hasta equilibrarlas horizontalmente.
3.- Una vez completado el movimiento y la inspiración coloca las manos juntas encima de la cabeza (como si estuvieses haciendo una oración). Las manos juntas deben estar encima del tope de la cabeza. Conserva la inspiración.
4.- Cuando lo creas conveniente, silenciosamente, espira por la boca y baja los brazos lentamente. Rápidamente suelta el aire que sobró en un suspiro fuerte y permite que la parte superior del cuerpo caiga pesadamente inclinándose desde las caderas para adelante, dejando que la cabeza quede pendiendo hacia abajo. Conscientemente libera todo el aire "usado" que ya no precisas. Relájate y repite el ejercicio desde el principio.
EJERCICIOS DE LIBERACIÓN DE LA VOZ
Algunas personas se sienten incapaces de liberar sus vocalizaciones. Ellas sienten su voz natural, de alguna forma, bloqueada, amarrada o suprimida. Intenta este ejercicio de liberación de la voz como parte de tu programa vocal.
Siéntate en cuclillas, dobla o curva tu cuerpo haciendo como un nudo o bolo tieso y compacto. Intenta condensarte en la menor masa posible. Inspira, detén tu respiración y "sitúa" imaginariamente los órganos vocalizadores en el centro de esa masa formada por tu cuerpo.
Con un último esfuerzo espira y desperézate o estírate rápida y vigorosamente. Suelta tu voz en un profundo "UGH" por medio del sonido más profundo que puedas encontrar. Maximiza y aprovecha el desperezamiento.
Descansa un minuto. Repite el ejercicio hasta diez veces. Cada vez interiorízate más y proyecta tu voz relajada más fuerte prolongando cada vez más el sonido. Observa que debes involucrar todo tu cuerpo en la vocalización, particularmente la pelvis y el diafragma.
Tu cuerpo produce todos los tipos de sonidos, desde aplaudir hasta batir los pies, rechinar los dientes y el digerir de los alimentos. Esos ruidos tienen, entretanto, importancia mínima comparados con tus vocalizaciones (sonidos producidos por las cuerdas vocales, en su caja de resonancia o laringe). Esto es porque la voz refleja la condición mental, emocional y física de la persona. Así como los sonidos ligan la personalidad de un individio con su unidad espiritual dentro de un todo, la voz liga las ondas o partículas energéticas a la energía del universo.
Este capítulo explica como la voz puede ser usada y controlada. Descubrir y relajar la voz beneficia a tu salud físico-mental y mejora tus estados emocionales. Te da confianza en tus habilidades comunicativas frente a la sociedad. La comprensión de la voz es una excelente disciplina de auto-concienciación y es vital para el arte de oir. Por medio de una cuidadosa atención aprenderás a comprender, a través de las voces de otros, los significados impronunciables que se esconden en las palabras.
En suma: aprende a usar tu voz y te sentirás mejor.
La vocalización se divide en tres procesos esenciales: fonación o producción del sonido, la resonancia (o amplitud armónica del sonido) y la articulación (o formato, el modelado y la salida de los sonidos vocálicos en formas lingüísticas conocidas como palabras).
Conforme realizas los ejercicios vocales estás trabajando las sensaciones físicas de la fonación, resonancia y articulación. Siéntelos como parte de ti. Y, por encima de todo, escúchalos. El retorno auditivo, a través de tus expresiones vocales, es una parte vital del proceso de vocalización. Acuérdate: es la persona, como un todo, la que habla y canta.
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